11 may 2011

 
Transvulcania 2011. No sólo corro por correr

La Palma la pisé el viernes en un estado interior confuso y agitado. En la Blue pasada me había retirado, iba a por la tercera y eso de repetir no ha sido nunca mi fuerte. Necesitaba darle sentido a esta carrera. Les desvelo aquí que el jueves mi familia sabía que estaba barajando la seria alternativa de no coger el avión y quedarme en casa. Era muy tentadora la opción de acompañar a mi Joan a kárate, a mi Miguel al fútbol o jugar los cuatro en la cama a lucha libre como pequeños salvajes...

Yo no me muevo en esto de las ultras por un objetivo puramente deportivo. Yo me muevo para  que mi corazón baile en vez de latir. 

Sabía que mi amigo no  estaba pero tenía la sensación de que iba a aparecer en cualquier momento y en cualquier lugar: en la cola para recoger dorsales, en la cena, de camino al hotel. Siempre tan sereno y amable. ¡¡¡Dónde estás que me ahogoooooo, César!!!

Si tenía que hacer esta Transvulcania era por alguien y ese alguien eres tu y la mujer que más amas. Muchos corredores pensaron y hablaron de esta pareja con inmenso cariño y deseos de que todo pase para volver a reirnos y abrazarnos.

Tenía que correr por algo más que correr. Mi forma física era muy justa: a un 60 % con respecto al año pasado. Eso sí, supe que iba a ser finisher a eso del km 40. Siempre me pasa. Hay un punto en la carrera en el que mi YO le confirma a mi RAZÓN que voy a llegar y todo se coloca en su sitio.

Falta algo para completar la historia. Lara apareció en mi vida. La vi postrada en un banco del control Roque de los Muchachos. No podía más (pájara por la altura, estómago cerrado, calambres, etc. ¿a que les suena?). Me habla de abandonar mirándome a los ojos y con lágrimas resbalando por sus mejillas. En ese momento supe lo que tenía que hacer. Dejé mis bastones y decidí cuidarla. El compromiso escasea en este mundo pero yo no trago.

Me comprometí con ella a esperar lo que le hiciese falta hasta que tomase una decisión. Me comprometí con ella a que si decidía levantarsa y salir yo la llevaba a META. Mirándome otra vez asintió con la cabeza. Como no hablaba español se me me ocurrió pedir a los corredores, asistencia y personal médico que estaban por ahí un aplauso para animarla. Empecé yo y enseguida se unieron todos. ¡¡Con esa fuerza quien no llega a destino!!. Sé de muchos que son capaces de dejar su carrera en ayuda de otros (¿sabes de que hablo gran Jose Carlos?). ¡Que grande es esta gente y este deporte.

No fue un final nada fácil para Lara. Muy lentamente se fue recuperando y animando. De la mano, vitoreados por todo el público de Los Llanos llegamos. 'Sin ti no hubiera terminado, gracias' fueron sus últimas palabras antes de ser nombrados 'finishers'. 

No corro por correr. También corro por mi gente, por mi César. Corro para sentir y dar. Como podrán comprender, lo de los tiempos y posiciones se queda muy alejado de mis motivaciones más profundas.

Soy FINISHER de nuevo en una ultra. Va por ti César y Rocío. Mi camiseta ya sabes que te está esperando. No veo la hora de verte para dártela y que sea la excusa perfecta para fundirnos en un gran abrazo.








Comments:
Eso es el espíritu por el cual este deporte engancha tanto…NO CAMBIES 2 sonoros besos.
 
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