18 abr 2011

 
Ya me tocaba. Fue un sábado 16 de abril cuando la montaña me pidió un respiro.

No estaba ni siquiera para bromear, algo raro en mí. Me sentí mal cuando tuve corredores cerca y apenas podía articular una palabra. ¡Algo no iba bien!

La VIDA me ha regalado muchísimas cosas. Una de ellas es posponer mi primer tropiezo deportivo a 2011. La VIDA me había dejado mucho tiempo llegar a meta sin ningún problema. Este fin de semana me pidió descanso y así lo hize. Quizá pude haber terminado arrastrándome pero escogí lo que debía: VIVIR mi primera retirada en las montañas de mi tierra, cerca del lugar donde hice mi primera declaración de amor, en luna llena, rodeado de amigos, con un cielo salpicado de estrellas, sientiéndome querido por muchos y queriendo a muchos. 

No sé porque la vida siempre me sube al pódium de los afortunados. Me lo demuestra día a día. A mis hijos Joan y Miguel les he transmitido millones de veces que perder es aprender, que participar es ganar, que luchar es crecer.

Creo que Joan sintió el mensaje cuando, llegando a eso de las 8 de la mañana, me preguntó que hacía tan pronto en casa. Mirándome a los ojos no esperó contestación. Lo entendió de inmediato envolviéndome en un gran abrazo sin mediar palabras. Joan entendió que en ese momento su padre estaba aprendiendo, que su padre estaba creciendo, que su padre estaba ganando. Joan también sintió, cruzando  miradas, que su padre necesitaba un abrazo.

No será el mismo, eso seguro, pero José Manuel Rocha volverá.

Nota muy importannte: Sería imperdonable no dar las gracias de corazón a todos los que me animaron y ofrecieron su ayuda para que continuase. No los voy a nombrar porque fueron muchísimos y ellos lo saben. Gracias a Arturo y familia por llevarme a Los Cristianos y hacerme sentir tan bien. Gracias a los dos bomberos forestales que me invitaron a sentarme y me ofrecieron su abrigo. Gracias al personal de la Cruz Roja que revisó mis constantes. Gracias a la gente del refugio-control de Vilaflor (nos reconfortaron con su caldo, mantas y amabilidad). Gracias a Frank y Carlos de Aiidelante Team (no dudaron en llevarme a Santa Cruz con su transporte). Realmente he recibido del universo un montón de gratitud. Tendré que meditar muy seriamente como devolverla.


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