18 dic 2007
El despido interior
El congreso vacío, los mismos en las reuniones de vecinos, las asociaciones de padres o estudiantes inoperativas, una unión de consumidores desunida, muchas asociaciones contra el terrorismo encontronadas... Apenas participamos en las decisiones que toda comunidad ha de tomar y pocas veces nos ponemos de acuerdo en pos de un bien mayor.
El síntoma es preocupante. Es como si nos hubiéramos despedido del resto de la humanidad pensando que sólo mirándonos al ombligo y votando una vez cada cuatro años es suficiente.
En un mundo cambiante, con problemas que nos tocan y oportunidades que nos invitan, adoptamos la postura de brazos cruzados y mirada al suelo.
Me decía un padre y amigo, que ante un grave incidente entre escolares mayores y su hijo con la consecuencia de una tibia rota, nadie da señales de vida. La comunidad escolar, en este caso, no se ha interesado lo más mínimo por el caso y por adoptar medidas preventivas para que no vuelva a pasar.
¿Qué nos ocurre? La pérdida del sentimiento de pertenecer a una comunidad nos puede llevar a la derrota social. No puede bastar con ir de casa al trabajo y del trabajo a casa haciendo parada y fonda en El Corte Inglés, para 'dibujar' el modelo de convivencia del S. XXI.
Etiquetas: CRÍTICA SOCIAL
