16 sept 2007

 
Las ganas de hacerlo bien lo marcan todo


SITUACIÓN: una pareja amiga y nosotros sentados en una terraza cualquiera. ACCIÓN: después de ¡¡¡veinte minutos de espera!!! sin recibir atención, decidimos probar y cambiarnos a una mesa contigua que pertenecía a otro bar. REACCIÓN: dos amables camareros se aproximan inmediatamente para atendernos.

En la misma plaza, con igual número de camareros y similares ofertas, el trato es diametralmente opuesto en cuestión de un metro de distancia. Les apostaría mi pellejo a que por allí no había 'jefazos' a la vista y que los salarios no eran muy diferentes. ¿Hay explicación?

¿Qué hace que unos trabajen con más ilusión y ganas que otros? Dudo que sea el dinero, la presión, edad, nivel educativo.... Me inclino, más bien, a pensar que hay personas que, por defecto, le ponen a la vida buena cara y consideran natural dar lo mejor en cada minuto de sus vidas.

La diferencia entre el éxito y el fracaso en una empresa, comunidad de vecinos, grupo de amigos o proyecto está en contar con muchas personas como las del segundo bar y con las menos posibles del primero.

¿Es así de sencillo? Aunque no se puede medir el efecto del comportamiento 'entusiasta' en el éxito de una sociedad, no dudo de la existencia de una relación causa - efecto (*).

(*) Se me olvidaba decirles que el bar-terraza amable estaba lleno y el desagradable vacío.

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