3 abr 2007

 
No siempre es así.Verdades a medias
Cuando el talento y las ganas se tiran por la borda


Nos bombardean los medios con noticias sobre el aumento de la presión laboral y la sobrecarga diaria de los profesionales del SXXI.

Estando totalmente de acuerdo, permítanme, por un momento, viajar a otro terreno igual de resbaladizo. Me encuentro, muy a menudo, con personas de gran valía que luchan por alcanzar un mayor nivel de responsabilidad y aprovechamiento. Aplican la regla de "satisfacción en el trabajo" = "realización personal". Puede parecer paradójico que, en un mundo donde lo 'facilón' es la norma, muchos deseen dar lo máximo de su inteligencia y ganas en su quehacer diario.

Me tropiezo, día sí día no, con comentarios del tipo..."es que me dicen mis compañeros que las cosas son así y que lo deje estar", "es que tengo un jefe que es un incompetente y no deja progresar a los demás", "es que mi organización no quiere gente que piense", "no puedo tirar de la manta", "la envidia es un mal endémico en mi entorno", etc. ¿Les suena?.

Ocurre, queridos bloggers, que muchísima gente, no es que padezca el síndrome del "quemado" por exceso, sino que padece el síndrome del "quemado" por defecto.

No queda bien, políticamente hablando, declararse trabajador aburrido. Comentar en el café lo liado que estás siempre viste más.

Es cierto que no cuento con estadísticas irrefutables, pero algo me dice que tenemos personas inteligentes, formadas y con gran empuje que se aburren. Esta situación se traduce en la existencia de un gran distanciamiento entre la aportación potencial y la aportación real de muchos profesionales.

Muchos se van, montan su propia empresa, se 'desahogan' en su tiempo libre o simplemente tiran la toalla.

¿Cómo se puede permitir una sociedad como la nuestra, con tanto por hacer, tamaño desaguisado?.

nota: Dejaremos para otro día el porqué del estrés de muchos, que esa es otra de las buenas.

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