20 feb 2007
La obsesión de ordenar por ordenar
Nos pasamos la vida ordenando y corrigiendo a los demás. ¿Tiene que ser así, o es que buscamos la superficialidad de lo cómodo para no encontrar el fondo de la verdad?
Nos pasamos la vida diciéndoles a los hijos que no hagan esto o lo otro, que tengan cuidado, que se porten bien. Con los adultos ese comportamiento es más sutil pero igual de obsesivo. Recomendamos, advertimos, insinuamos, aconsejamos.... Tratamos de tener a todos 'bajo control' y, a ser posible, transformarlos a nuestra imagen y semejanza.
Últimamente, me he puesto el reto de cazar a personas animando el juego libre de sus niños, impulsando la creatividad, reuniendo a otros para inventar, organizando una animada tertulia, ya me entienden... Alguno 'cazo', pero, he de decirles, que es una tarea ardua.
Esos pocos suelen ser valientes, implicados, con personalidad e inteligentes. Se encuentran trabajando (léase viviendo) en escenarios hostiles a los impulsos que siempre han movido al ser humano moderno, es decir, SOÑAR, SOÑAR y SOÑAR + JUGAR, JUGAR y JUGAR. Me temo que tienen una marca del tipo 'pobrecitos están como cabras'. Y yo les digo ¡gracias por no caer en lo fácil! que mandando a callar lo único que se silencia es la mala conciencia.
Etiquetas: CRÍTICA SOCIAL